La pintura constituye uno de los medios de expresión más importantes a lo largo de la historia del arte. Se ha realizado sobre múltiples y variados soportes. En función de este soporte, sus resultados estéticos varían, así como los problemas de deterioro y su envejecimiento. Las capas de preparación y pictóricas se encuentran adheridas sobre el soporte, en ocasiones debido a su incapacidad de adaptación a las tensiones de estos, se producen daños considerables, pudiendo llegar a desprendimientos importantes y grietas. Por ello, es fundamental realizar un estudio previo de análisis e investigación de cada obra para definir su estado de conservación, grado y causas de deterioro y así seleccionar los procesos de intervención más adecuados que garanticen la integridad de la obra. Los procesos de conservación y restauración deben estar dirigidos principalmente a una conservación preventiva y todos los materiales y tratamientos deben ser reversibles en el tiempo.
Los elementos que constituyen una pintura son:
Estado incial
Estado final
Proceso de estucado y desestucado
Proceso de reintegración cromática
Detalle del proceso completo desde su estado inicial hasta el final
Estas dos fotos reflejan el proceso de reintegración y su estado final
Dos detalles del cuadro, en el se aprecian el antes y el después
La pintura estaba inicialmente muy deteriorada, por lo que se procedió a su reentelado y sustitución del bastidor.
Detalle del proceso de reintegración.
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